luns, 1 de xuño de 2020

44. Darya von Berner. Sociedad. Cap. 3. Hablar en tiempos de cólera [PINTURA].

Darya von Berner (Mexico.D.F 1959):
Es una artista multidisciplinar, con una gran presencia internacional, cuya obra abarca desde la pintura, el vídeo a las instalaciones e intervenciones en espacios públicos.
Su trabajo se basa en la construcción de ficciones con las que pretende poner en tela de juicio la realidad que nos envuelve.
Este es el capitulo 2, en el que hablamos como su obra empezó a trabajar sobre la sociedad como materia de reflexión.


Darya von Berner y Berta Caccamo en su estudio compartido
dentro de la terminal de carga de la Sernam en Pantin, ParÍs 

1. Selfi:
En esta instalación, el visitante permitirá que una nueva imagen de sí mismo, sea revelada al observarse y ser observado por los demás.
La pieza es en sí misma es una reflexión sobre la auto-representación y nuestra capacidad para observarnos a nosotros mismos.

“Casi todo lo que nos rodea tiene algo que contarnos. El selfie es una imagen conversacional que se puede usar para hablar de nuestra naturaleza; esa es la tarea del artista”.
D.V.B.

Creo que estamos entrando en un nuevo espacio dentro de tu obra:
¿El ser humano como animal social y cómo interactuamos con nosotros mismos?






En efecto, cuando alguien se observa a sí mismo, observa en realidad una entidad compleja resultado de la evolución natural, de la historia, de la familia, de la condición social, de la propia experiencia, del género, de los intereses, de la ocupación, etc. En realidad, no existe el ‘yo’ sin una comunidad, sin una sociedad, sin intercambio, pues nuestra naturaleza se realiza al sentirse y verse desde la mirada de aquel que te devuelve la mirada.

Todas las instalaciones que he realizado para experimentar este fenómeno de los Selfi, me han permitido explorar esta naturaleza social, en la que la auto-foto conversacional, adquiere sentido como forma de compartir nuestra atención, algo crucial en la comunicación humana. Dado que lo ‘nuestro’ es en realidad ‘ese espacio común de todo aquello que compartimos’, y que depende de una atención visual conjunta. Es decir, al mirarnos o al observar una misma cosa en común, desarrollamos un mutuo entendimiento, que es una experiencia que va mucho más allá de lo meramente visual.


2. Nuestra sombra y nuestra historia:
Instalación realizada en el Museo de Historia de Frankfurt, que consiste en la utilización de doce estatuas ubicadas en el exterior del museo, que se van iluminando en ráfagas de veinte segundos de duración (como una ola), permitiendo al público tomarse selfies de manera que quedarán grabadas al mismo tiempo su participación y sus reacciones.

"Yo trabajo mucho con sombras porque la sombra añade complejidad, es la consciencia que somos un píxel en esa fotografía, es la consciencia que hay algo que se te escapa".
D.V.B.

En este este entiendo como una interacción de nuestra sombra con la historia, con las arquitecturas, como en las atmósferas).
¿Es aquí nuestra sombra de¨el otro¨?



El fenómeno de la identidad o del ‘yo’, en el caso de la comunidad digital, se convierte en un proceso de alguna forma fragmentario e incompleto. La comunicación digital se lleva a cabo por medio de identidades ficticias, a la manera de un teatro de sombras donde aparentar lo que queremos ser, por medio de efectos digitales. Elegimos actuar y encontrarnos con los demás, pero la plataforma nos limita con sus condicionantes, al brindarnos imágenes convencionales y predeterminadas para presentarnos ante los demás. Las sombras chinescas, las máscaras, los disfraces, los avatares, son la trasgresión de los límites entre la mirada interior del ‘yo’ y la de los que nos miran desde el exterior, es una mirada que tiene una larga historia que se proyecta en nosotros desde el pasado, y desde donde nosotros proyectamos nuestro futuro.



3. Puerta:
Fruto de la intervención de la puerta de entrada de una casa mediante 68 mirillas que -al contrario de lo natural-, no son para ver quien viene, sino para que el visitante, pueda mirar y decidir si quiere entrar o no.

¨Corrían momentos de auge del concepto "Gran Hermano¨, de repensar en lo íntimo¨.
D.V.B.
Qué opinas sobre como nuestros balcones, nuestras ventanas, ¿se hayan convertido en espacios públicos? Como plazas.




Al inicio del nuevo milenio, propuse A. 68, una instalación en la puerta de una vivienda de Madrid. A.68 formaba parte de la muestra Doméstico que realizaba exposiciones en lugares no concebidos, en principio, para el arte contemporáneo.

A.68 se recreó con ocasión de la muestra La cara oculta de la luna en 2017, (CentroCentro, Madrid),
una exposición que recordaba la escena del arte independiente en los años 90 en Madrid, y en la que A.68 fue reactivada como obra representativa e icónica del proyecto independiente Doméstico.

Darle la palabra a las puertas, ventanas o balcones, es dejar hablar a nuestra condición humana, pues cualquier objeto se convierte en prótesis al extender nuestra naturaleza corporal. Los científicos dicen que el pensamiento y el sentimiento se basan en la observación de los cuerpos de otras personas y los datos experimentales demuestran que nuestras habilidades motoras y gestuales se reflejan en cosas como pueden ser las puertas, etc. y no solo en el lenguaje, donde las palabras nos sirven para intentar agarrar el mundo, sin embargo, son incapaces de asir toda su complejidad.

Acerca de los balcones convertidos en espacios públicos, sí son espacios de comunicación de la comunidad, donde reencontrarnos. Aplaudimos para incitar a otros a aplaudir y para hacer sentir de nuestro apoyo a la Sanidad Pública.



4. Chaise Long:

Realizada con cuarenta alarmas de Securitas Direct, sobre una Chaise long.
“Como reflejo de esa sociedad del pánico que gasta tanto dinero en alarmas, para desdramatizar y reírnos un poco del miedo”.
D.V.B.
¿Que piensas de la súper-seguridad que busca el ciudadano, en relación con el knockout , que la naturaleza nos ha dado con la pandemia?


En la arquitectura moderna del período de entreguerras, Le Corbusier diseñó la chaise long en la que se inspira la obra Not Merely with him, mientras concebía el plan Voisin, consistente en construir 24 rascacielos de estructura de acero, para alojar entre 500 000 y 700 000 personas. El plan era destruir todo el barrio del Marais, dejando en pie sólo algún monumento histórico como el Museo del Louvre, justificando la violencia en la necesidad de modernizar el viejo París “obtuso, cerrado, y sofocante”, para arrancarlo de las “adicciones seculares” y reconstruirlo como una “ciudad industrial lineal” para introducir la circulación de automóviles en el centro y salvar con todo esto a la población parisina, de la agresión de las enfermedades y plagas de sus viejos barrios insalubres.

Not merely with him escenifica una percepción alterada del deseo y de nuestra inter-subjetividad donde la violencia se confunde con la agresividad. No somos culpables del miedo, el miedo se encarna. El cuerpo social no es una metáfora, es una forma de hablar de la somatización del estado de alarma.

Uno de los aspectos que ha mostrado la pandemia es que otro mundo es posible. Las calles vacías, los negocios cerrados muestran un mundo insólito, inesperado y donde se puede se puede esperar un futuro distinto al que ha quedado definitivamente atrás.

Un interior (atmósfera) realizado con la colaboración de la empresa de seguridad Securitas Direct con ocasión de la exposición Doméstico del año 2000, en Madrid.

La publicidad de las empresas de seguridad anuncia que “se produce un robo cada segundo” insistiendo en ser capaces de evitar el robo, al generar de inmediato una situación de alarma en la estancia protegida. Por otro lado, las empresas de Seguros venden pólizas de indemnización en los casos de robo, expolio o atraco, y hurto, siempre vinculadas a las anteriores instalaciones de mecanismos de seguridad. La recreación del ambiente doméstico en estado de alarma escenifica el vínculo indisoluble entre la experiencia emocional y la exhibición de una emoción en la que el asegurado se imagina en una situación de violencia que habilitaría intervenciones especiales, como las anteriores descritas.

La ‘violencia’ se confunde demagógicamente con la ‘agresión’, al pervivir en nosotros la tesis de Rousseau, según la cual somos buenos por naturaleza y el mal nos viene de fuera, de los otros, de los que tenemos que protegernos, entre otras cosas, por medio de alarmas y seguros.

La percepción alterada del deseo, alarma nuestra inter-subjetividad generando una violencia, que introduce en el cuerpo el miedo, encarnando palabras como ‘agresor’ y ‘culpable’. El cuerpo social no es una metáfora, responde al mecanismo de las neuronas espejo, que da lugar a una simulación corporal similar al comportamiento exhibido por los que ven o imaginan situaciones que crean alarma.


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