Hoxe quero traervos esta reflexión que atopei mergullando na internet. Trátase dun pequeno texto no que Ánxel Vega, artesán de instrumentos de percusión asturiano, fala consigo mesmo dos atrancos que tivo que superar para poder dedicar a súa vida profesional á artesanía musical. Atrancos legais, intrusismo profesional, conseguir materiais, etc.
Aínda que xa ten un tempo, é do ano 2012, segue en plena actualidade.
Como veredes o texto está copiado tal cal, non quixen facer a tradución ó galego para respectar integramente o orixinal.
Gustaríame que despois de leela comentarades as vosas impresións sobre o tema.
"... cuando empecé, me encontré con una selva, en la que había que abrir camino nuevo, y ahora tengo la impresión de que el camino está muy transitado. La idea de construir instrumentos, sobre todo los de percusión, nació de la carencia que había de constructores, sobre todo de panderetas, castañuelas, etc. Ya que solo en Galicia estaba cubierta esa necesidad, y que aquí como en el resto de la península había un hueco que había que llenar, ya que no encajaba mucho la forma "ferreñas alternas", tamaño, etc.
Dada la pertenencia a algún colectivo etnográfico, me fui dando cuenta de la carencia, así que investigando poco a poco, los métodos de construcción (curvado al vapor, moldeado, talla etc.), maderas utilizadas, como el nogal, boj, pino, castaño, arce. Así fue surgiendo mi taller, no sin problemas de incomprensión, por parte de las administraciones, al rechazar un obrador tradicional, dependiente del Principado, teniendo que autofinanciarme con otras actividades, obligándome, como a muchos otros artesanos, al hacernos empresarios, ¿a la fuerza?, cuando no hay otra salida, quizás sea así.
Hoy día, ya soy conocido, sobre todo en el Norte de España, donde tengo clientes, que se dedican a la música tradicional, folk y amantes de lo artesanal con cierto aire antiguo. Sobre todo intento que conozcan lo que hago, con la asistencia a diversas ferias, festivales, como Pardiñas, Taramundi etc. Y a nivel internacional S. Chartier, donde participo con mi presencia desde hace 8 años, Siendo invitado a otros como Pontivy, Lorient etc.
Aunque pueda sonar a lamento, algo de lo que comente, es por los sinsabores y a veces por competencias desleales, propiciadas por las políticas de las administraciones, con jubilaciones anticipadas, permisos para asistir a ferias, sin requisitos legales, etc. permitiendo que se comercialice como artesanía materias construido de una forma mecánica, y en serie como ocurre en alguna cooperativa de reciente creación.
Un aspecto muy importante a la hora de construir los instrumentos tradicionales, es la máxima fiabilidad de los mismos, sin descartar mejoras, pero eso si no variar el diseño, y respetar en lo máximo posible, los materiales formas, tamaños, afinaciones.
Por supuesto, que una de las mayores dificultades de los artesanos, es la materia prima, como por ejemplo las maderas, por su escasez, falta de calidad, proceso de secado muy rápido, y lo mas importante, que es la falta de conciencia, a la hora de repoblar los bosques autóctonos, a veces nula como en el caso del boj llevando este arbusto al borde de la extinción.
Otra dificultad añadida, fue la falta de información sobre otras materias primas como, colas, útiles de trabajo tradicionales, (como por ejemplo gubias especiales), moldes etc., ya que por aquí hay un gran secretismo por parte de los viejos artesanos, con miedo a que descubran todo el mundo su "formula magistral".
Mas dificultades, ejemplo, las pieles de cabrito, que no se pueden servir en mataderos, por existir una forma de comercialización no muy favorable a los pequeños artesanos, o sea que no te las venden y las hay que adquirir en mayoristas a precios prohibitivos, siendo casi imposible hacer en proceso uno mismo como es mi caso, pelar, precurtir, pulir etc.
Gracias a Dios mi amor a este oficio, hace que las dificultades queden en pequeñas sombras, cuando ofrezco mi trabajo a la gente que aprecia lo que hago, y la satisfacción personal es mucha".
Anxel Vega de Vezos y Costumes - abril 2002
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